Quebrantada; Derrotada;

Quebrantada pero no derrotada (Broken but not Defeated)

El sacrificio que sí deseas es un espíritu quebrantado; Tú no rechazarás un corazón quebrantado y arrepentido, oh Dios. Salmo 51:17 NTV

Cuando escuchamos la palabra “quebrantamiento”, inmediatamente imaginamos algo que no se puede arreglar: un cobarde, alguien que tiene un complejo de inferioridad o alguien que tiene baja autoestima. Me he aferrado a estas mentiras durante muchos años. Pero el Señor me ha mostrado el significado de lo que es el verdadero quebrantamiento. Según el Salmo 51:17:

El sacrificio que sí deseas es un espíritu quebrantado; Tú no rechazarás un corazón quebrantado y arrepentido, oh Dios.

He enfrentado muchas pruebas y tormentas en mi vida. Recibí una factura esta semana que no esperaba. Fui víctima de fraude de identidad hace dos meses. Cuando creí que todo parecía estar en orden, el banco me envió una carta informándome que el dinero que me acreditaban producto de la estafa no era válido y que necesitaba devolverlo. Lloré y me enojé. Me quejé ante el Señor, diciéndole lo injusto que era ser responsable de algo que no había hecho. ¡Yo fui la víctima!

El Señor me recordó a Gedeón hoy mientras leía el Salmo 51:17 durante mi tiempo devocional con Jesús. Gedeón se enfrentó a un ejército y pensó que no había manera de derrotarlos con sólo un pequeño número de soldados. Dios le dio a Gedeón la oportunidad de testificar que sería el poder de Dios, no su propia fuerza ni la de su ejército, lo que le permitiría ganar la batalla. (Ver Jueces 7:2)

Y Jacob, el poderoso que llegó a ser el padre de las 12 tribus de Israel. Dios tuvo que romper con la autosuficiencia de Jacob antes de que pudiera convertirse en “Israel”.

¿Qué tal Moisés? Se le conoce como el salvador de Israel. El príncipe de Egipto pasó 40 años como pastor en el desierto, aprendiendo a dejar a un lado su orgullo y someterse a Dios. Sólo entonces Moisés pudo presentarse ante el Faraón y realizar los milagros que mostraban el poder de Dios.

Amigos, si están pasando por un momento difícil, anímense. Aveces Dios nos permite enfrentar dificultades e incluso tocar fondo. Y es en medio de una tormenta que podemos ver a Dios tal como Él realmente es: el Dios que nos ama y nos creó a propósito y con un propósito. Después de la tormenta, Él nos restaurará para convertirnos en la persona para la que Él nos creó.

Recordemos las palabras de Pablo:

Por todos lados nos presionan las dificultades, pero no nos aplastan. Estamos perplejos pero no caemos en la desesperación.  Somos perseguidos pero nunca abandonados por Dios.Somos derribados, pero no destruidos. 2 Corintios 4:8-9 NTV

Padre, gracias por Tu amor, misericordia y gracia. Gracias por nunca dejarme sola cuando toco fondo. Perdóname por las muchas veces que me quejo, pensando en lo injusto que es, y las muchas veces que me enfrento a una tormenta. Señor, gracias por esas tormentas, porque a través de ellas, Tú me estás moldeando, quitándome esas cosas molestas que me impiden ser verdaderamente quien Tú me creaste para ser. Porque Tú eres la roca en el fondo del abismo que me sostiene y me sacarás con Tu poder. Eres mi roca, mi redentor y el amante de mi alma. ¡Te amo, Señor! En Tu nombre te doy gracias, amén.

 

Referencia

Traductor: Jesus Manuel Perez

La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente. (1996). Wheaton, IL: Fundación Tyndale House.

 

I have often asked the Lord if writing is His calling in my life; after all, I'm a teacher, not a writer. Through the Book of Luke, in the New Testament, the Lord taught me that Luke had no idea that his study would ever impact our life. He wrote for the One, his friend, Theophilus. Yet, God used Luke, a doctor, to share the truth about Who Jesus was and why He came. So, why do I write? I write to share the truth of who Jesus is and what He has done in my life.

Leave a Reply

%d bloggers like this: