No nos cansemos ni nos desanimemos en hacer el bien porque, si no nos damos por vencidos, a su tiempo cosecharemos. Así que, mientras nosotros (como creyentes individuales) tengamos la oportunidad, hagamos el bien a todas las personas (no solo siendo útiles, sino también haciendo lo que promueva su bienestar espiritual), y especialmente (seamos una bendición] para los de la familia de la fe (creyentes nacidos de nuevo). Gálatas 6:9-10 NVI
¿Alguna vez has sentido que las cosas no salen según lo planeado o que no estás donde imaginaste que estarías, que de alguna manera estás atrapado en una sala de espera, esperando que suceda algo?
Amigos, no sé ustedes, pero a mí me cuesta esperar. Cada vez que voy al médico, me impaciento más y siento que he estado esperando durante horas. Quiero gritar cuando veo que llaman a otros pacientes antes que yo: ¡Espera, llevo horas aquí y acaban de llegar! Entonces, ¿qué debo hacer? Me quejo o le pido paciencia al Señor.
Recientemente escuché un sermón del pastor, Dominick Cotignola, de Next City Church Assembly of God sobre conocer la voluntad de Dios. Mientras escuchaba su mensaje, el Señor me habló de esperar.
Miren, mis amigos, antes de escuchar al pastor Dominick hablar sobre la voluntad de Dios para nuestras vidas, siempre pensé que esperar era algo terrible pero, después de escucharlo, comencé a ver por qué esperar no es algo malo, sino una bendición. Es en la espera donde Dios moldea, poda y elimina cualquier cosa en mi vida que deba ser eliminada y que no pertenezca a lo que soy en Cristo.
Gálatas 6:9-10 nos anima a seguir adelante y no desistir porque la siega y la cosecha vienen después de la poda:
No nos cansemos ni nos desanimemos en hacer el bien, porque a su tiempo cosecharemos, si no nos damos por vencidos. Así que, mientras tenemos [como creyentes individuales] la oportunidad, hagamos el bien a todas las personas [no solo ser útil, sino también hacer lo que promueva su bienestar espiritual], y especialmente (seamos una bendición) para los de la familia de la fe (creyentes nacidos de nuevo).
Pero la única forma en que podemos superar “el período de espera” es permaneciendo en Jesús a través de Su Palabra. Esperar es una bendición cuando no nos damos por vencidos.
A veces, Dios nos permite pasar por estos tiempos de espera para que podamos acercarnos más a Él y permanecer en Él. Recuerdo que la pastora, Sharon, una vez nos dijo que la mejor parte de esta estación es que no nos quedemos ahí. Solo estamos de paso, no está destinada a ser nuestra dirección permanente.
Por lo tanto, permanezcamos fieles en este tiempo de espera y sigamos haciendo un trabajo excelente y confiable con lo que Él nos ha confiado. Vivamos para Aquel que es fiel para completar la obra que ha comenzado en nosotros. Seamos precisos con las cosas que Él nos ha confiado y démosle gloria mientras esperamos.
Señor, gracias por recordarme la importancia de ser fiel en la espera. Señor, tú sabes que a veces me impaciento y quiero que las cosas se hagan a mi tiempo. Gracias por mostrarme, Señor, una vez más que es en los tiempos de espera donde haces tu mejor trabajo. Y recordarme que solo estoy pasando por esta temporada de espera: no es mi dirección permanente. En tu precioso nombre, te doy toda la alabanza y la gloria, amén.
Reference
Translator: Jesus Manuel Perez (Writer)